¡Gastrónomos!
En estas fiestas, es común acompañar nuestros guisos con un rico pan crujiente y bien doradito, pero suele sobrarnos un poco después de la comilona y para no desperdiciarlo, podemos ir a un parque y aventarlo a las aves, pero mejor hagamos algo delicioso: Capirotada.
Además, es ya todo un clásico en las celebraciones de semana santa y pascua. Aquí te dejo una receta sencilla y deliciosa. ¡Disfrútala!
La capirotada como la conocemos hoy en México, viene de los conventos, en donde nada se desperdiciaba y las monjas creaban recetas para complacer a los paladares, pero antes de esto, se tienen registros de este platillo desde finales del siglo IV y comienzos del V donde los romanos en el libro “De re coquinaria”, de Apicius, explican que comían una preparación a base de pan mojado en vinagre y pepinos, elaborado en capas, se distribuyó a lo largo de los años y regiones y así es como llegó hasta nosotros. Si bien, ahora lo comemos dulce, el ingrediente en común siempre ha sido el pan en capas.
Los ingredientes que necesitaremos:
- 5 piezas de Pan viejo o frio. Pueden ser bolillos, teleras o baguettes
- 1 cono de Piloncillo/ panela
- 1 litro de agua
- 2 piezas de guayaba
- Cáscara de naranja. Sólo la piel
- Una raja de canela
- Cacahuates tostados al gusto
- Uvas pasas al gusto
- Queso blanco rallado o troceado. Puede ser Cotija, canasto, panela.
- Aceite para freír
- Mantequilla
En una olla, coloca el agua y el piloncillo. Lleva al fuego y cuando comience a derretirse, agrega las guayabas partidas en mitad, las cáscaras de naranja y canela. Hierve hasta que se disuelva por completo el piloncillo y haga una miel ligera. Deja enfriar completamente.
Rebana el pan en rodajas de un centímetro, colócalas en una charola y llévalas al horno a 180°C o 356°F por 15 minutos. Este paso hará que el pan no se remoje tanto y conserve su forma. Si quieres saltártelo no pasa nada.
En un sartén calienta un poco de aceite, dos cucharadas máximo y un cubito de mantequilla y fríe el pan que ya salió del horno. Déjalo enfriar un poco.
Remoja cada una de las rebanadas de pan frito en la miel de piloncillo por ambos lados y en la fuente donde lo vayas a servir, coloca una capa de pan remojado, cacahuates, queso, y pasitas. Repite el proceso haciendo otra capa de pan.
Al final vierte un poco de la miel por encima y deja reposar media hora.
¡Ya está listo para servir!
Yo te recomiendo acompañarlo con un vaso de leche fría. ¡Disfrútalo!
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